HISTORIA DE UNA

TRADICIÓN

Todas las grandes historias tienen un comienzo, y nosotros estamos encantados de poder compartir el nuestro con vosotr@s.

TODO COMIENZA EN...

El barrio de Solokoetxe, que está situado en una colina sobre el Casco Viejo de Bilbao.

 

Los libros de historia de nuestra Villa recogen la existencia de un caserío “Solocoeche” («casa de huerta») a finales del siglo XIX, hasta que en su lugar la Diputación proyectó la construcción de una barriada popular y un hospital.

LAS BASES...

A mediados del siglo pasado comenzaron a elaborarse nuestros polvorones, en un pequeño obrador de este pintoresco barrio.

 

Con una sencilla receta, pero con mucha constancia, profesionalidad y trabajo diario, fue tomando forma un producto que acabaría convirtiéndose en todo un clásico navideño de nuestra tierra.

LOS COMPAÑEROS ALADOS...

Ya en 1953, al amanecer, Patxi recogía los polvorones recién salidos del horno y los metía en la canasta de su bicicleta para hacer el reparto por los más variopintos lugares de Bizkaia.

 

Los pajaritos chimbos le recibían todas las mañanas con su singular canto y, a la vuelta del reparto, les veía revolotear alrededor de la bici, en busca de las migajas de los polvorones con las que se deleitaban antes de su recogimiento.

EL ICONO...

Este liviano pajarito de color pardo y discreto, vuelo rápido y dinámico, forma parte de la historia y cultura de todos los bilbaínos.

En 1994 se convirtió en el distintivo y emblema de Polvorones Solokoetxe, imagen y orgullo de nuestra empresa familiar.